Cada vez que llueve
volvés a mí.
Es como
estar eternamente inserta
en el circuito de agua
que fuimos.
Tengo el pecho inflamado
por el agua o por la enfermedad.
Duele en días húmedos.
Sé de lo inconexo de toda
esta palabrería.
Es difícil conectar cuando
nada fue dicho, excepto
las palabras finales.
La gota en mi balcón de hierro
suena a reloj:
no de arena sino de los otros,
de los que se rompen
en la ausencia.

Acerca de Nariz de Tobogán

Ella tenía ganas de ser... Aún las tiene.
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